XL

Ya estoy encontrando motivos, le dijo. Yo también, le respondió. Al fin coincidimos, aunque lo tenía en mente hace unos veinticuatro meses. Ja! Claro, si somos igual de lentos. Orgullosos, impulsivos e inseguros. Pero estamos felices. En el diario leí sobre la felicidad hace algunos días. Alegrías pasajeras, estrés, felicidad superficial - o material - y factores que influyen en tu ánimo son fundamentales a la hora de definir a un hombre feliz. También hablaban de que la felicidad no existe, son sólo pequeños momentos. Micromomentos. Yo no creo. Y tú? No sé, cuando lo leí pensé mucho en eso y creo que al menos podemos estirar esos momentos. Y cuando es de a dos? Vale por dos? Sí, como ahora. Yo cacho que los periodistas no saben nada de felicidad, por eso escriben sobre eso. Creen que nadie tiene idea de cómo llegar allá. Prefiero ir a un psicólogo y que me ayude a encontrarla. Por último que un doctor me la implante en el corazón. O en la cabeza. Jaja, de nuevo volvimos al desacuerdo. Lo pensé bien y parece que en realidad sí son pasajeros estos momentos. Ahora siento el pecho apretado y un vacío extraño en la panza. Lo peor es que no sé por qué. Mañana me levantaré a las ocho para ir a misa. Rogaré por un poco de felicidad, o que al menos me ayuden a estirarla. Que me quede bien. Donaré catorce lucas a la institución para llenar mis nichos y así puedan darle desayuno a los niños. No seas estúpido. Qué te pasa? Cada uno busca la tranquilidad como puede. Entonces mañana también me levantaré a las ocho. Pero para ir a buscarla a ella.