Cuando te fuiste no alcancé a ordenar las sábanas. Creo que me quedé dormido un par de horas. Desperté y la tele seguía prendida. La apagué y me volví a acostar. Tenía ganas de retroceder las horas.
Mirando el techo imaginé que volvía a las once de la noche. Hay menos luz, aunque te puedo ver completa. En fin. Abrí los ojos, agarré una almohada y me la puse en la cara. Aún te conserva. Y yo también.
Respiré tan hondo como pude. Recordé por cinco segundos tu olor tranquilo. Te dibujé denuevo sin moverte, ahí, tendida. Recuperé esa sensación de apego que viene cuando me asomo a tu cuello. Abrazé al cojín como te abrazaría a ti. Y quién no lo haría. Pero sólo son cinco segundos; ahora el cojín huele a cojín. Ahora el cojín huele a tela húmeda. Y mi nariz ya espera por ti.
25 de abril de 2008
Flash Back
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1 opinan:
Jaja, yo también apreté una vez la almohada contra mi cara. Y TAMBIÉN tenía ESE olor.
Un abrazo!
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