29 de marzo de 2007

Sonríe. Se feliz.


Martina tiene los ojos muy especiales. Su pelo rizado me hace recordar aquellas conversaciones de abril, en donde lo único que haciamos era sonreir. Cada tecla me parecía tan importante, cuando hablabamos revisaba en mi cabeza cada palabra que le escribía (lo mejor es que salían tan naturales como un parpadeo).

Martina es de ojos azules. A veces sentía que sus pensamientos eran muy grandes para su tamaño. Nose por qué comenzamos a hablar... algo en ella me hizo temblar antes de conocerla.

Desarrollé una especie de dependencia, una droga que necesitaba día a día, que sabía exactamente las cosas que me gustaba oir, que con tan sólo una mirada era capaz de cambiar mis siguientes horas. Esa inmensa complicidad compactada en una droga. Sí, se llama Martina.

Pasaron los meses y la relación no cambiaba, es más, seguía creciendo. Los signos mutuos, esos que sólo nosotros sabíamos, no demoraron en llegar: un lenguaje indescriptible que era capaz de condensar decenas de sentimientos en un par de frases, algunos besos de colores que marcaron nuestras existencias por siempre, y bueno... lo pudimos definir con un matrimonio. Martina siempre tendrá a su esposo.

Creo que la paciencia era otra más de sus virtudes. Cada vez que se lo pedí, me espero. Y aún así.. seguía sorprendiéndome. Eso era lo mejor, nunca sentí que ella se fuese a acabar, creí que no podiamos dejar de existir. Nunca la dimensioné.

Cada noche que pasaba se me aparecía en sueños, casi tal cual como ella me contaba que yo me aparecía en los suyos. Una vez me dijeron lo linda que se veía la lluvía en tus pies junto a un ser querido, ella me lo demostró. Es dificil saber qué fue lo que pasó... quizás no lo quiero averiguar. Me retorcí tantas veces la cabeza sacando conclusiones... sí, la cagué.
Una noche la vi muy feliz. Ya no miraba mis ojos, y no porque sentía verguenza, ya no los buscaba. El nudo en mi garganta se encargó de gritarme que realmente la perdimos esta vez. Y quizás no era tan malo. Martina se dio cuenta de que hace mucho tiempo brillaba por cuenta propia, que esos ojos no eran míos, que nunca me los iba a merecer. Hoy me quedo yo y el vacío. Buscando Martinas en las películas, buscando besos de colores en la pared.

6 opinan:

mendigo_millonario dijo...

Martina tiene esa cosa que te dije por MSN: si no la cuidas, esperará el alba acompañada de otro, como la muchacha ojos de papel.
bonito recuerdo Perrazo, muy bueno. Te doy un consejo. Cuando los sueños se terminen, tocarás fondo y encontrarás el cielo. sólo así sabrás que es importante y que no.......

ariomapuche dijo...

Martina...

Quizás la conozco, pero la esencia que intentas describir no la percibo. No sé si alguien en mi puta vida me ha hecho sentir así. No paso de la calentura. Lamentable, pero síguela y llegarás ahí...


Te estará esperando.

Alcohol y salud mañana.

Anónimo dijo...

Te mentiría si dijera que no me gustó recordar , te mentiría si te digo que no me sorprendí , y te seguiría mintiendo si ya no quisiera ser Martina .. porque muy en el fondo, quedan pedazitos de ella.

Te veo pronto, en nuestro lugar de siempre, lo recuerdas? 1 de Marzo 2008, con nuevas estrellas .. pero aún con los mismos colores.

Already , Always , All Day .

@JaviGajardoV dijo...

Me encantó...
siempre te he dicho que me gusta como escribes... te admiro... tienes un don...
Martina quien quiera que sea debe ser especial...
todos tenemos brillo propio... tu lo tienes... y es grande...
el brillo solo se refleja aún mas en la otra cuando el brillo de ella es similar al tuyo...
es lindo lo que viviste...
y siempre recuerda eso..
otra cosa... no perdiste...
ganaste haber conocido ese sentimiento...
te quiero!

Carlos Ferreira dijo...

=)

natalia dijo...

Si martina es un sentimiento, creo haverla sentido alguna vez en mi vida, esa necesidad de tenerla junto a ti y querer que nunca se acabe,la verdad mas que un sentimiento es una necesidad en la cual te sientes demasiado comoda y feliz como nunca.

y cuando se acaba cuando la ves marchar frente a tuspropios ojos, el dolor es tan fuerte que no sabes como seguiras viviendo, no sabes si podras vivir con un dolor tan desgarrante, te quema, pero te hace muy fuerte.
esa es martina

 
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