De repente voy por la carretera a 132 kilometros por hora. Es increible que busquemos con tantas ánsias un lugar para bailar y beber, para eso está la tierra no?
Junto con un amigo de la vida-de esos que odias y amas un rato- estaba comiéndome un completo gigante a medias. Me irrita pensar que a las 5 de la mañana el estómago te engaña por completo: comes como condenado, gastas en lo primero que te puedes meter en la guata y finalmente igual quedas con hambre. Así es. Lo importante fue que de un momento a otro habían cuatro hombres sumidos en una violenta discución. A uno de ellos, minutos atrás, lo había observado detenidamente por la forma de comer su chacarero, lo partió en tres, comía un pedazo y tomaba un sorbo de bebida al instante, sin quitar nunca la mirada del DVD de Morrisey que estaba funcionando en una televisión del local.
El problema surgió cuando llegaron los puños. A mí y a Estelo(así llamaremos a mi amigo) rápidamente nos invadió la curiosidad y nos pusimos en primera fila ante aquel vergonzoso espectáculo. (¿Es verdad que cuando estás con unas copas en el cuerpo te pones mucho más receptivo y observador?. Como que la lentitud del alcohol te entrega todo el tiempo del mundo para examinar más los momentos, ahora hay que trabajar para que no dependa de una botella)
Con Estelo empezamos a contar. Definitivamente eran tres contra uno. Desde muy chico he aborrecido las peleas, aunque mi estúpido carácter me ha sido infiel un par de veces. Es por esto que pensé en intervernir (o decirle a Estelo que lo hiciera, sus brazos podían ser fácilmente el doble que los míos) Sin embargo la escena era casi caricaturesca: Los hombres peleaban con servilletas en las manos, con un poco de ketchup y mostaza en los labios y una que otra mancha de palta en sus chaquetas (ojo que andaban de terno)
Por un minuto y medio yo, estelo, los que comían, los que trabajaban y los que podían mirar desde afuera, estuvimos observando a estos cuatro seres golpeándose ridiculamente por quizás qué motivo. Quizás por una vienesa más grande, quizás por algún incidente anterior, ya que los cuatro púgiles entraron juntos al Bufón - nombre más que adecuado para este local que sirvió de ring esa noche-.
La pelea se trasladó por sí sola hacia afuera. Parecía que en su cólera, los cuatro "ejecutivos" habían decidido arreglar sus problemas en la calle, encuentro que ahora contaba con un quinto participante: El curadito defensor.
Entre la borrachera y el cansancio, los golpes ya ni siquiera apuntaban a la cara. Yo y Estelo con completo en mano salimos a la fachada del local para ver en qué terminaba la batalla. Ahí mismo me puse a pensar que es terrible el morbo que produce en la gente ver a otras personas en una situación extrema. Cuento corto (me carga cuando la gente dice eso), los cinco hombres fueron separados por la Ley. Si, llegaron los carabineros. Me pregunto si era ésa la clase de casos absurdos que pensaban atender al momento de entrar a la policía.
Ya aburridos de tanta violencia, mi amigo y yo entramos al local, compartimos un par de sonrisas con los que se encontraban dentro (nose por qué) y decidimos emprender rumbo. EN el camino reíamos de la pelea. Comentábamos que sería chistoso si alguna vez pelearamos así, y en el eventual caso, nos defenderíamos con la vida. Fue un alivio sentir que tendría un amigo como el Estelo durante gran parte de mi vida, lo más extraño es que ya lo sabía. Al final ya estabamos ahí, caminando, sin saber dónde ni cómo. Juntos hablando sobre la noche.
Un par de horas después estaba con mi cabeza en la almohada y pensando en esa cara que me quita el sueño. Creí que esa pelea ya se me había olvidado.
Junto con un amigo de la vida-de esos que odias y amas un rato- estaba comiéndome un completo gigante a medias. Me irrita pensar que a las 5 de la mañana el estómago te engaña por completo: comes como condenado, gastas en lo primero que te puedes meter en la guata y finalmente igual quedas con hambre. Así es. Lo importante fue que de un momento a otro habían cuatro hombres sumidos en una violenta discución. A uno de ellos, minutos atrás, lo había observado detenidamente por la forma de comer su chacarero, lo partió en tres, comía un pedazo y tomaba un sorbo de bebida al instante, sin quitar nunca la mirada del DVD de Morrisey que estaba funcionando en una televisión del local.
El problema surgió cuando llegaron los puños. A mí y a Estelo(así llamaremos a mi amigo) rápidamente nos invadió la curiosidad y nos pusimos en primera fila ante aquel vergonzoso espectáculo. (¿Es verdad que cuando estás con unas copas en el cuerpo te pones mucho más receptivo y observador?. Como que la lentitud del alcohol te entrega todo el tiempo del mundo para examinar más los momentos, ahora hay que trabajar para que no dependa de una botella)
Con Estelo empezamos a contar. Definitivamente eran tres contra uno. Desde muy chico he aborrecido las peleas, aunque mi estúpido carácter me ha sido infiel un par de veces. Es por esto que pensé en intervernir (o decirle a Estelo que lo hiciera, sus brazos podían ser fácilmente el doble que los míos) Sin embargo la escena era casi caricaturesca: Los hombres peleaban con servilletas en las manos, con un poco de ketchup y mostaza en los labios y una que otra mancha de palta en sus chaquetas (ojo que andaban de terno)
Por un minuto y medio yo, estelo, los que comían, los que trabajaban y los que podían mirar desde afuera, estuvimos observando a estos cuatro seres golpeándose ridiculamente por quizás qué motivo. Quizás por una vienesa más grande, quizás por algún incidente anterior, ya que los cuatro púgiles entraron juntos al Bufón - nombre más que adecuado para este local que sirvió de ring esa noche-.
La pelea se trasladó por sí sola hacia afuera. Parecía que en su cólera, los cuatro "ejecutivos" habían decidido arreglar sus problemas en la calle, encuentro que ahora contaba con un quinto participante: El curadito defensor.
Entre la borrachera y el cansancio, los golpes ya ni siquiera apuntaban a la cara. Yo y Estelo con completo en mano salimos a la fachada del local para ver en qué terminaba la batalla. Ahí mismo me puse a pensar que es terrible el morbo que produce en la gente ver a otras personas en una situación extrema. Cuento corto (me carga cuando la gente dice eso), los cinco hombres fueron separados por la Ley. Si, llegaron los carabineros. Me pregunto si era ésa la clase de casos absurdos que pensaban atender al momento de entrar a la policía.
Ya aburridos de tanta violencia, mi amigo y yo entramos al local, compartimos un par de sonrisas con los que se encontraban dentro (nose por qué) y decidimos emprender rumbo. EN el camino reíamos de la pelea. Comentábamos que sería chistoso si alguna vez pelearamos así, y en el eventual caso, nos defenderíamos con la vida. Fue un alivio sentir que tendría un amigo como el Estelo durante gran parte de mi vida, lo más extraño es que ya lo sabía. Al final ya estabamos ahí, caminando, sin saber dónde ni cómo. Juntos hablando sobre la noche.
Un par de horas después estaba con mi cabeza en la almohada y pensando en esa cara que me quita el sueño. Creí que esa pelea ya se me había olvidado.
5 opinan:
Estelo. Qué gran nombre, mi hijo lo tendrá como segundo.
Creo que las peleas en Chile son las más estúpidas del mundo: Surgen de la nada. Un ceño fruncido y si el tipo tiene un CI inferior al promedio, buscará los puños como solución.
Completo a medias, te admiro weon. NO podría.
Eso, los vimos.
Te sacaste el premiado....caras que te depiertan a mitad de la noche.
Pregunta: ¿es acaso la estúpidez de un sueño lo que te despierta o esa cara de la que hablas??
Yo aún no lo averiguo...pero voy por la segunda
es admirable escuchar de amigo que te defenderá con la vida, te obliga ser reciproco, creo conocer a estelo, ojala que cumpla,asi es irarrazaval de noche, el alcohol revasa por momentos a las personas en sus peores facetas. El alcohol los envalentona, cae el día y todos son buenos ciudadanos que se quejan del sistema, la culpa no es de ellos como diria el comprensivo. Bueno así es la ciudad.
Saludos carlos, y saludos a estelo.
cumpli con el feedback, tarde pero lo hice.
Pd: no vayas al bufon la ultima vez me enferme de la guata y va minas feas jajajaj
aayy si él escribe taaaan bien...una acotación:
es verdad, cuando tai curao/a te poni más receptivo - emocional y toas las weas raras que existan jajaja...
buen texto carlitos, pero no te pongai morboso pa ver peleas, weno?jeje...
besos =)
jajaja notable suceso Carlitos
i ahora me pregunto una cosa
"¿que será lo "tan atrayente" de la historia..si los espectantes, de manera casi insintiva, son atraidos por el morbo o realmente por lo absurdo i lo emergente casi de la nada? .. Nosé .. jeje .. creo que en una situación así solo miraría como todos los comunes mortales.
i otra cosa que se me viene a la mente... ¿cuantas veces nos ha pasado la misma situacion ..una noche i a esa hora,i seguimos en un rutinario "asombro" cada vez que sucede tal acontecimiento?
jaja como dicen las malas lenguas...son cosas que pasan.
Me gusta mucho la forma que escribes pequeño, casi como me gusta la forma k escribe Bukowski jajaja buena onda.
ah! no t olvides que el prox viernes nos juntamos por ahí
ah2 ! parece k escribí mucho .. jaja pero como me dijiste que t gustaba que escribiera harto ... bien igual o no ?
ia ... esperaré otra de tus locas historias
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