Cuatic's Thoughts

Y es que no puedo parar de pensar. De repente me encantaría desconectarme y centrarme en ese par de moscas que no se quieren ir de la pieza por la tarde. Aveces lo logro, desconectarme. Las moscas no piensan en mí, no están ni ahí, no sé que buscan ni lo que piensan. Al menos vuelan.

Y es que no puedo parar de pensar en pasado pasado pasado mañana. Dónde estaré en quince años más, dónde estarás tú. Aquí, conmigo. Tampoco me saco de la cabeza a mis mujeres. Las tres mujeres que adornan mi vida. Que me lo han dado todo. No me cabe en la cabeza mi vida sin ellas. Mi vida sin llantos, mi vida sin alegrias. Mi vida sin sus formas, sus distintas formas. Las escucho de repente, las veo siempre, las quiero todo el día. Y se me siguen acumulando cosas en la cabeza. Ahora pienso en mí, en mí para con ellas. Creo que hacemos una mezcla perfectamente disfuncional. Así hemos sido familia. De eso somos, y que buen batido.

Y no sé que pasará por esos rizos. Aunque quizas sí. Sé que me gusta escucharlo, no me gusta, me encanta. Por eso lo pienso tanto. Tal vez no es tan malo pensarlo. O pensarte todo el día. Tal vez sí. Pero lo pienso igual, pienso en que estás tranquila, pienso en que respiras y qué respiras. Pienso en tu risa, en tus ojos escodidos tras los brazos. Pienso en tu mente, en todo lo que das y podrías dar. Hace una hora te pensé igual que ahora, y no hayo la hora de que te vuelvas a despertar para verte como te veo ahora.

Y ahora pienso, amigos, que lo mejor para dejar de pensar es un descanso. Un descanso de música, un descanso de piel, un descanso de mí. Lo que sea. Al final uno siempre termina sonriendo y pensando en las cosas cuáticas que pasan por la frente. Pero yo me doy cuenta. O haré todo lo posible.