Por las montañas de las líneas telefónicas se juntaron a conversar. Garbanzo hace años que no ve a Lenteja, y Lenteja no hace más que soñar con Garvanzo. Lenteja sin embargo conoce a Garbanzo todos los días, sin mirarlo lo siente cerca y pondría su cuerpo al aceite por cualquier cosa que Garbanzo le pidiera.
Ambos legumbres se encontraron en la cima, sonrieron como nunca y se abrazaron sin hablar. Para Lenteja es tan reconfortante sentir las asperezas de Garbanzo. Se siente como en la mejor despensa. Ya no le importa nada, no le importa que mañana se vaya a morir machacado. No le importa que lo mastiquen cien veces, como corresponde.
Lenteja abrió los fuegos.
Lenteja: Hola, me echaste de menos?
Garbanzo: No seas estúpido. Cómo no te iba a echar de menos. Te extraño sin tenerte. Y te tengo y te sigo extrañando.
L: Que bien. De repente me pongo a pensar que no estoy acá. Me cago la cabeza pensándote junto a algun arroz o envuelto en algún buffet. Pero ya no. Te acuerdas cuando...
G: Ya cállate y dame otro abrazo. Se echan de menos más tus abrazos que tus palabras. Aunque también tus palabras más que tus abrazos. Te molestaría darme un beso?
L: Pero escúchame... Te acuerdas cuando pasabamos la hora de almuerzo entera mirándonos a los ojos y hablando sobre los estómagos de la gente?
G: Eh.... no.
L: Yo sí. Y me encanta pensar en eso. Creo que así aprendimos a querernos a través del tiempo y las cosas que nos pasaron. Hoy te siento muy acá, casi cocido al lado mío.
G: Jaja. Ahora ya me acordé. Te estaba molestando. Y yo estaba pensando lo mismo. Siempre me copias todo. Sólo por que eres un estrujado que te comen con sal.
L: Ya empezaste.
G: Sí.
L: Empezemos entonces. Me toca a mí decirte lo hediondo que eres y lo mucho que te odio, cierto?
G: Sí po Qué? Olvidaste el parlamento.
L: Jaja, no. Pero acuérdate que eso siempre va cambiando. Como que nosotros no podemos repetir la obra toda la vida. Excepto que te diría que te quiero hasta el fin de los días.
G: En verdad?
L: En verdad.
G: Muy bien. Y la otra verdad es que hoy te busqué para que sigamos juntos. No te busqué para nada en especial. Te busco para decirte que yo también te espero tarde y noche. Que yo también espero tus mensajes de humo por mis sueños, no puedo dormir sin ellos. Te busqué para decirte que podría ir a buscarte al tacho de la basura y aún así te seguiria queriendo el triple. Te sigo buscando para que sigas caminando conmigo y viniendo acá. A la cima.
L: Muy bien. Entonces, te veo siempre, en el fondo de la olla.
Ambos legumbres se encontraron en la cima, sonrieron como nunca y se abrazaron sin hablar. Para Lenteja es tan reconfortante sentir las asperezas de Garbanzo. Se siente como en la mejor despensa. Ya no le importa nada, no le importa que mañana se vaya a morir machacado. No le importa que lo mastiquen cien veces, como corresponde.
Lenteja abrió los fuegos.
Lenteja: Hola, me echaste de menos?
Garbanzo: No seas estúpido. Cómo no te iba a echar de menos. Te extraño sin tenerte. Y te tengo y te sigo extrañando.
L: Que bien. De repente me pongo a pensar que no estoy acá. Me cago la cabeza pensándote junto a algun arroz o envuelto en algún buffet. Pero ya no. Te acuerdas cuando...
G: Ya cállate y dame otro abrazo. Se echan de menos más tus abrazos que tus palabras. Aunque también tus palabras más que tus abrazos. Te molestaría darme un beso?
L: Pero escúchame... Te acuerdas cuando pasabamos la hora de almuerzo entera mirándonos a los ojos y hablando sobre los estómagos de la gente?
G: Eh.... no.
L: Yo sí. Y me encanta pensar en eso. Creo que así aprendimos a querernos a través del tiempo y las cosas que nos pasaron. Hoy te siento muy acá, casi cocido al lado mío.
G: Jaja. Ahora ya me acordé. Te estaba molestando. Y yo estaba pensando lo mismo. Siempre me copias todo. Sólo por que eres un estrujado que te comen con sal.
L: Ya empezaste.
G: Sí.
L: Empezemos entonces. Me toca a mí decirte lo hediondo que eres y lo mucho que te odio, cierto?
G: Sí po Qué? Olvidaste el parlamento.
L: Jaja, no. Pero acuérdate que eso siempre va cambiando. Como que nosotros no podemos repetir la obra toda la vida. Excepto que te diría que te quiero hasta el fin de los días.
G: En verdad?
L: En verdad.
G: Muy bien. Y la otra verdad es que hoy te busqué para que sigamos juntos. No te busqué para nada en especial. Te busco para decirte que yo también te espero tarde y noche. Que yo también espero tus mensajes de humo por mis sueños, no puedo dormir sin ellos. Te busqué para decirte que podría ir a buscarte al tacho de la basura y aún así te seguiria queriendo el triple. Te sigo buscando para que sigas caminando conmigo y viniendo acá. A la cima.
L: Muy bien. Entonces, te veo siempre, en el fondo de la olla.
5 opinan:
oye ..
te extraño demasiaaado .. más que nunca.
y no sé nada , nada de ti ..
saluuuu... saluuu...saluuudos tipejo! no escribo más porque recién llegué de mi laborumm! y no siento ni los pieS ! es lo peorch promotorear ... chao pescao !=*
exito con tus vacaciones.
Eso es lo bonito del amor weon, la incondicionalidad. En otras palabras, si tu mina queda mongólica igual la amarás.
Un saludo desde Vitacura.
oye tú , carretero pesadooo ..
te quiero siempre AH .
te veo FERRE .. rápido eso si pos
(L) (L)
NO - TA - BLE Bro!
de verdad , me encanto.
le hubiera puesto de titulo "En el fondo de la olla..."
la de abajo no se queda, pero el verbo "tutear" esta mal empleado, te lo perdono.
Oye!...yo te voy a querer toda la vida, incondicionalmente, pase lo que pase... (sin peros)
beso
Publicar un comentario