20 de enero de 2010

Carta abierta a quien quiera recibirla

Querida(o):

Estoy seguro de que no quisiste abrir esta carta. Pero me hace feliz saber que de todas formas la estás leyendo. Para que quede claro. Porque hay tantas cosas que me hacen sangrar, que me dejan ronchas feas cuando me da alergia o algunos rasguños de noches extrañas, pero lo de ese día fue un accidente. Y sangré como nunca. De verdad, creo que nunca había sangrado así.

Quiero que sepas que sigo soñando esos sueños que compartimos. Esos en casas y departamentos con algunos niñitos (dos o tres) revoloteando por la casa. Me río siempre. Porque apareces de repente enojada con los niños que te desordenaron el living. Y hasta tu pieza la destrozaban. No sabes cómo te enojabas. Después, por la tarde, los cuatro (o cinco quizás) íbamos a comer algo rico a algún restaurant. ¿Te acuerdas que ni uno de los dos sabe cocinar? Yo me acuerdo de tantas cosas todos lo días. De verdad. Es como si todos los días hubiese un capítulo nuevo que recordar. El mismo episodio que, un ratito después de reirme, me parte el corazón.

Voy a aprovechar que quisiste leerme para decirte que me robé un poco de tu olor ese día en la esquina. No me costó nada. Entré rápido y con mis dos manos agarré todo el aroma que cabía en mi pecho. Con razón iba tan apretado en el camino. Mi pecho reventó dos cuadras después. Igual seguí respirando, creo. Y sí, si entiendo que todas las vidas deben seguir. Es sólo que yo iba detrás tuyo. He practicado todos mis pecados y no me he dejado ganar, en serio. Si al final soy sólo un ser humano esperando a otro. Quédate aquí. ¿Se me olvidó decirte algo? Ojalá que sí. No quiero terminar de contarte cosas. Ahí sí que ya andaría partido en dos.

Ahora te dejo (de escribir). Tengo que acompañar a mi mamá a no sé dónde. Estabas invitada(o), como siempre. Algo le inventé: que ibas (y volvías) a Marte. A mí me da lo mismo. Yo siempre voy aMarte.

 
Peru Blogs