4 de octubre de 2010

De por qué te quiero

Te me hacías tan lejana en algún momento que no tenía cómo imaginarte. De repente no estuve lo suficientemente ahí, como para sentir lo que esa noche de septiembre sentí. Llegaste hermosa, como siempre, con la sonrisa real y tu cara boni(ta). Ahí empecé a entender por qué me gustas y también por qué te quiero. Porque me haces sentir nuevo, y así me dieron ganas de regalarte -no sé si cantarte- canciones que me ayudan a decirte cómo me siento ahora. Así me siento, como si me ganaran las acciones y reacciones cuando vas caminando al lado mío. Te sigo queriendo porque, a pesar de todo, confiaste en mí, y también porque te gustan las manzanas. Porque salir a cualquier parte contigo es una razón para dejar de hacer cualquier cosa. Te quiero porque me acompañas, porque me muestras tu escondite y las cosas que te hacen feliz. Te quiero porque contigo no me incomodan los silencios, y me imagino que nos decimos cosas bonis de mente a mente. Te quiero, también, porque me da lo mismo decirte que te quiero. Te quiero, de nuevo, por tus preguntas y tus respuestas, por cómo eres y cómo no eres. Por todas las veces que me haces sonreir al día, aunque no estés cerca, acordándome de lo que vi de ti. Te quiero porque me siento en una silla a tratar de explicarte por qué te quiero. Y sé que no tengo por qué hacerlo, pero sólo lo hago porque (te) quiero.

 
Peru Blogs